LAS ALERGIAS EN PEDIATRIA

Usted probablemente conoce a un niño que sufre de asma o alergias. Quizás sea su propio niño. El asma, la rinitis, también conocida como “fiebre del heno”, las erupciones cutáneas y los eczemas son palabras familiares para la mayoría de nosotros.
Las alergias pueden ser de grado leve y provocar solamente estornudos y comezón. Sin embargo, en algunos niños, las alergias pueden ser muy graves e incluso pueden poner en peligro sus vidas. Ya sean graves o leves, las alergias se pueden prevenir y controlar. Cuánto más conozca usted de las alergias y el asma –sus síntomas, causas y tratamientos- más preparado está para ayudar a mejorar la calidad de su vida y la de sus niños.

¿Qué es una alergia?
Cuando el sistema de defensas naturales del organismo identifica incorrectamente como dañina a una substancia que normalmente no presente ningún peligro (como el polen) y reacciona excesivamente en su intento de proteger al cuerpo, el resultado es una alergia.
El asma es una reacción que causa inflamación en las vías respiratorias estrechando los conductos que permiten el paso del aire hacia los pulmones. Es a menudo provocada por una reacción alérgica.
La Rinitis Alérgica es una reacción que se localiza principalmente en los conductos nasales. Puede ocurrir durante una determinada estación del año (estacional) o en cualquier momento del año (no estacional).
Los eczemas (dermatitis atópica) y las erupciones cutáneas (urticaria) son reacciones alérgicas de la piel.
La Dermatitis por contacto es una erupción en la piel causada al tocar, frotarse o entrar en contacto con una substancia como la hiedra venenosa, agentes químicos o detergentes de uso doméstico.

¿Qué causa las alergias?
Algunos niños tienen sus defensas naturales más activas, lo que los hace muy propensos a las alergias. Esta característica frecuentemente se transmite dentro de las familias. Por ejemplo, si uno de los padres sufre de rinitis, hay un 50% de probabilidades de que su niño/niña también sea alérgico, este porcentaje aumenta a un 70% si ambos padres sufren de alergias.
Los alergenos son substancias que hacen que el cuerpo reaccione en forma excesiva al defenderse. Pueden ser inhalados, ingeridos, o pueden entrar en contacto con la piel. Algunos de los alergenos más comunes son las diferentes clases de polen, de mohos, el polvo de las habitaciones, las caspa, la saliva de algunos animales (gatos, perros, caballos, conejos), los agentes químicos de uso industrial, algunos alimentos, medicamentos y el veneno de las picaduras de insectos.

¿Cómo puedo diferencias entre una alergia y un resfriado?
Alergia: los síntomas incluyen moco nasal, lagrimeo, estornudos y comezón en la nariz, los ojos o la piel. No hay fiebre. Las alergias pueden durar toda una estación y pueden empeorarse o mejorarse por períodos.
Resfriado: Un resfriado comienza como una secreción nasal clara. Puede durar de tres a diez días y está acompañado por fiebre, con estornudos ocasionales y una secreción nasal espesa de color amarillo o verde.

¿Cuándo aparecen por primera vez las alergias en los niños?
Durante la etapa de la infancia, algunos niños muestran señales de reacciones alérgicas a ciertos alimentos, como la leche de vaca. Otros niños sufren los primeros síntomas durante la adolescencia. Sin embargo, la mayoría de los niños muestran las primeras señales de asma o de rinitis durante los años de escuela primaria.
Algunos niños que sufren de dermatitis o de eczemas durante su niñez también podrán sufrir de asma o de rinitis más adelante en sus vidas. En muchos niños, estos problemas no continúan en su vida adulta.

¿Se recomienda un tratamiento con medicamentos para los niños con alergias?
Afortunadamente, hay muchos medicamentos buenos para tratar las alergias y el asma. Algunos se pueden adquirir sin receta médica para aliviar los síntomas de las alergias. Los antihistamínicos, con o sin descongestionantes, se usan para controlar muchos de los síntomas ocasionados por los eczemas y la rinitis, especialmente la comezón, los estornudos y la secreción nasal.
Tanto los antihistamínicos como los descongestionantes producen efectos secundarios. Los antihistamínicos pueden causar somnolencia, y algunos medicamentos no son recomendados para niños. Los descongestionantes pueden hacer que su niño se muestre nervioso o “agitado”. Por favor antes de usar cualquier medicamento usted consulte conmigo.
Si cualquiera de estos tipos de medicamentos no logra aliviar los síntomas, o si los efectos secundarios que producen interfieren con el descanso, la escuela o el juego, deberá consultar conmigo ya que puede ser necesario un cambio de medicamento o bajas la dosis.

¿Cuándo debo de llevar a mi niño a un médico alergista?

En casos severos o persistentes le recomendaré la visita a un alergista para que estudie a su niño y determine las substancias a las que es alérgico, y así iniciar un tratamiento específico con medicamentos o “vacunas para la alergia”. Estas “vacunas” contienen pequeñas cantidades que se van aumentando de las variedades de polen, mohos, polvo, etc., a los que es alérgico su niño. Esto engaña las defensas del cuerpo y hace a su niño menos sensible, la reducir (e incluso eliminar) los síntomas cuando su niño entra en contacto con estas substancias. Sin embargo, las vacunas para la alergia no son efectivas en los casos de alergias a alimentos. Es importante entender que solamente un número pequeño de niños necesita de estas vacunas para la alergia.

¿Cómo puedo prevenir que mi hijo sufra de alergias?
Si usted sabe que su hijo tiene una alergia, usted puede tratar de prevenir que se manifiesten sus síntomas haciendo lo siguiente:
Mantener las ventanas cerradas durante la estación en que hay más polen, o en momentos de mucho polvo.
Mantener la casa limpia y seca para reducir el moho y el polvo en las habitaciones.
No tener en la casa animales domésticos ni plantas de interiores
Evitar alimentos u otras substancias que producen reacciones alérgicas en su niño.
Evitar que fumen cerca de su niño, especialmente dentro de su casa.


Orientación para niños, adolescentes y padres. Academia Americana de Pediatría.